Probablemente todos hemos oído hablar recientemente sobre la educación emocional, pero, ¿a qué se refiere realmente? Desde hace unos años la ciencia ha demostrado que las emociones juegan un papel muy importante en el momento de tomar decisiones, y en general a lo largo de cómo vivimos nuestra vida.
Los colegios, a su vez, aspiran a fomentar el desarrollo integral de las niñas y niños incluyendo el aspecto emocional. Pero, ¿qué es exactamente?
La inteligencia emocional
Lo que algunos colegios e instituciones llaman aspecto emocional hace referencia en realidad a la Inteligencia emocional. Este concepto fue utilizado por primera vez en un documento científico por Salovey y Mayer (1990) y fue difundido por Goleman (1995) en su publicación llamada del mismo modo.
Se denomina, pues, Inteligencia emocional al desarrollo de habilidades sociales y emocionales (o también llamadas competencias emocionales) que contribuyen a que regulemos mejor nuestras emociones y así podamos entablar una mejor relación con nuestro entorno. La motivación, la empatía, la capacidad de relacionarse o el conocimiento de las emociones son algunas de estas habilidades, que Goleman y otros autores han identificado dentro de ella.
¿Por qué es importante?
Se ha demostrado que en distintas ocasiones a lo largo de la vida el desarrollo de estas habilidades “emocionales” pueden ser más importantes que las habilidades intelectuales. Por ello es que algunas veces podemos conocer a personas que tienen coeficientes intelectuales altísimos pero que en un momento de tensión pierden los estribos y pueden tomar malas decisiones. O a la inversa: podemos conocer personas que puede que no tengan un tan alto coeficiente intelectual pero saben gestionar mejor sus emociones y, por lo tanto, pueden acceder incluso a mejores oportunidades laborales que una persona descrita en el caso anterior.
Goleman relata que tenemos dos cerebros: el racional y el emocional, ambos independientes pero interrelacionados. En ese sentido, el cerebro emocional también debe ser estimulado y educado al igual que la educación actual formal hace con el primero.
Educación emocional en la escuela
Debido a que estos descubrimientos son recientes, aún son pocos los colegios o escuelas que han incorporado formalmente en sus planes educativos el desarrollo de habilidades sociales o emocionales. ¿A qué se debe? Principalmente a que aún no se sabe con certeza cómo incorporarlo.
Introducir el fomento de la compasión o el conocimiento de las emociones dentro de los planes educativos de las escuelas requieren de un personal capacitado y experto en el tema, así como de metodologías especializadas, aspectos que difícilmente pueden encontrarse en todos los centros.
Sin embargo, existen centros donde se han realizado esfuerzos en ese sentido. En Barcelona, por ejemplo, La Granja Escuela es una organización especializada en Educación Emocional que cuenta con una metodología evaluada por el Grupo de investigación en Orientación Pedagógica de la Universidad de Barcelona y, a su vez, validada por Rafael Bisquerra, experto en educación emocional de la misma universidad. Esta institución brinda clases, capacitaciones y talleres a escuelas y a público en general sobre educación emocional.
Esta y otras iniciativas son un gran paso para que se vaya incorporando a la educación emocional en la educación en general, tanto a la formal (la escuela) y la que se genera desde casa.
Educación emocional en casa
Desde casa, lo primero que podemos hacer es informarnos al respecto. Para ello, algunos de los libros recomendados son estos:
- Daniel Goleman. Inteligencia Emocional. 1995
- Eduard Punset. El viaje a las emociones. 2010
- Eduard Punset. El alma está en el cerebro. 2012
- La vida emocional del cerebro. Richard Davidson y Sharon Begley. 2012
También pueden consultarse algunas webs con el objetivo de conocer más sobre el tema, tanto a nivel teórico como práctico.
Por último, son también recomendables algunos vídeos, que pueden ayudar a comprender mejor este concepto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario