viernes, 17 de noviembre de 2017

Es mejor entender algo que saberlo


Comprenda la comprensión y administre la narración. (Imagen de dominio público modificada)
"Conocer" y "entender" son conceptos relacionados, pero no son lo mismo. Cada uno es un estado mental distinto que involucra comprensión cognitiva: saber es estático, hacer referencia a hechos discretos, mientras que la comprensión es activa, describir la capacidad de analizar y ubicar esos hechos en contexto para formar una imagen general.
Sin conocimiento, la comprensión es imposible. Pero tener conocimiento no conduce necesariamente a la comprensión de una narrativa mayor, que es el verdadero punto de recopilación de información.
Sin embargo, los expertos en comunicaciones no hacen esta importante distinción. Según un nuevo análisis lingüístico publicado el 23 de octubre en la revista Public Understanding of Science (paywall), incluso los científicos que escriben sobre la comprensión pública de las ideas científicas combinan abrumadoramente los términos "conocimiento" y "comprensión". Los investigadores argumentan que esta imprecisión lingüística es problemático, no solo para los científicos, sino para todos nosotros. El advenimiento de Internet ha puesto más información al alcance de la mano que nunca. Reconocer los engaños entre las ideas significativas exige, sobre todo, discernimiento.

Por qué recopilamos hechos

La comprensión es una herramienta; ayuda a las personas a asimilar nueva información y refinar continuamente su cosmovisión al ver las conexiones. En ciencia, esa información a menudo es complicada, y esas conexiones pueden durar siglos. Esto impone una carga adicional a los científicos para que sean narradores expertos en precisión lingüística.
La comprensión también es necesaria para evaluar nueva información; cuanto más pueda una persona contextualizar lo que se le está diciendo, y evaluarlo desde varios ángulos, es menos probable que el lenguaje manipulador lo aproveche, datos incorrectos, historias de origen deficiente o propaganda pura. Del mismo modo, los investigadores sostienen, la cultura científica en los resultados públicos de la comprensión real, y no se alcanzarán si lo que significa a entender no está definida y comprendida.
Con esto en mente, los autores del estudio están estudiando cómo comunicar efectivamente la ciencia al público (la autora principal, Joanna Huxster, es una científica ambiental de la Universidad de Bucknell en Pensilvania, especializada en comunicación científica). Los hechos deben ser tejidos, analizados y contextualizados. Vincular causa con efecto y decidir qué hacer a continuación solo ocurre cuando el conocimiento puede combinarse con la comprensión.
Tomemos un ejemplo: conectando el conocimiento de las tasas de uso de combustibles fósiles con el aumento del calentamiento global. El conocimiento de este enlace respalda las ideas de inversión en energía alternativa y conservación de los bosques. Pero para llegar a tal conclusión, necesita tanto información como la capacidad de reconocer conceptos abstractos.
Primero, debes aceptar que las acciones tienen consecuencias que no te son visibles inmediatamente. Esta premisa debe emparejarse con la comprensión del dióxido de carbono , sus cualidades de atrapamiento de calor, los efectos del exceso de carbono en la atmósfera de la Tierra, la nocividad del carbono emitido por la quema de combustibles fósiles y el papel de los árboles en la absorción de carbono. E incluso todo eso (¡oh!) Solo comienza a contar la historia del calentamiento global, lo que lleva a la necesidad de exploración de energía alternativa y preservación de los bosques. En otras palabras, hay mucho para eso.

Las definiciones marcan la diferencia

El equipo de Huxster formuló la hipótesis de que el público no obtiene ciencia porque los científicos no son lo suficientemente rigurosos para distinguir entre esos dos conceptos fundamentales: "conocimiento" y "comprensión". Realizaron dos análisis lingüísticos, centrándose en artículos en Comprensión pública de la ciencia. Primero, analizaron cómo se definieron los términos epistémicos en todos los artículos publicados en la revista en 2014. A continuación, examinaron los estudios entre 2010 y 2015 que midieron los estados epistémicos, verificando cómo se definieron y probaron los dos conceptos.
Incluso los investigadores se sorprendieron por la magnitud de la confusión lingüística que descubrieron. La mayoría de los artículos fueron descuidados con las definiciones, utilizando indistintamente el "conocimiento" y el "entendimiento". En casi todos los artículos, los científicos combinaron los dos términos. Era "raro" encontrar definiciones precisas, escribieron en su informe. Mientras tanto, en estudios que midieron estados epistémicos durante seis años, los investigadores descubrieron que "muy pocos" comprendían verdaderamente -compilación de información nueva- versus conocimiento estático.
Según los investigadores, esta combinación de lenguaje genera confusión en la ciencia y la sociedad, y es probable que obstaculice el estudio científico y los esfuerzos de divulgación pública. Creen que las distinciones rigurosas refuerzan el pensamiento crítico e influyen en cómo se comunica y se recibe la ciencia, y cómo se mide la comprensión del público. Si los expertos no se esfuerzan por una verdadera comprensión, el público no será científicamente alfabetizado.

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