La mayoría de los emprendedores tienden a orientarse y esforzarse por mejorar la eficiencia de los procesos en su negocio, pero a veces se olvidan de ser efectivos en lo que hacen. Mejorar la eficiencia consiste en hacer que una cierta tarea consuma menos tiempo, mientras que ser efectivo consiste en saber realizar las tareas que generan los resultados.
De nada sirve ser eficiente haciendo cosas que no necesitan ser realizadas en absoluto. Eso es una forma de pereza y es muy común ver emprendedores cometiendo éste error. Es posible ser eficiente pero no efectivo y efectivo pero no eficiente. Lo último es preferible a lo primero.
Estas cinco prácticas que expone Peter R. Drucker en su libro El ejecutivo efectivo son el camino para lograr ser más efectivos.
Llevar registro del tiempo
Para poder administrar nuestro tiempo, es necesario primero saber en que lo estamos utilizando. Constantemente estamos siendo desviados hacia actividades improductivas como reuniones o llamadas largas sin sentido que no van a causar impacto en nuestro negocio.
Intenta esto:
Durante una semana entera, anota en una libreta de bolsillo en qué cosas estás empleando tu tiempo.
Puedes anotar cada media hora que es lo que te encuentras haciendo o simplemente cada vez que comienzas una nueva actividad, la anotas indicando la hora. La mayoría de la gente piensa que está trabajando 100% del día en cosas productivas, pero cuando hacen el ejercicio de anotarlo se dan cuenta que están empleando su tiempo en cosas que toman mucho tiempo pero no son necesarias o importantes.
2. Orientarse hacia la contribución
Los emprendedores efectivos, están constantemente pensando en que cosas pueden hacer para lograr el mayor impacto en su negocio u organización para la que trabajan.
Continuamente se están haciendo la pregunta: “¿En qué puedo contribuir a la organización?”
Tienen la habilidad de saber mirar más allá de su trabajo diario y divisar las metas y objetivos del negocio. En lugar de orientarse hacia las tareas específicas cotidianas, se orientan hacia los resultados.
3. Fortalecer fortalezas en lugar de intentar mejorar puntos débiles
Es muy común escuchar hablar sobre la importancia de identificar nuestras fortalezas y aquello en lo que somos débiles. La diferencia entre los emprendedores efectivos está en que saben enfocarse y desarrollar las fortalezas en lugar de intentar mejorar sus puntos débiles. Trabajan por hacer de sus fortalezas algo que los distinga de la media.
Lo mismo debe ser aplicado para nuestro equipo de colaboradores o empleados. Es preferible identificar y alentar a las personas a desarrollar aquello en lo que son buenos, a pedirles intentar mejorar aquellos aspectos en los que no. Exigirle a una persona mejore en lo que no es bueno, tiende a frustrarla y desalentarla.
4. Hacer una cosa a la vez comenzando por lo más importante
No importa que tan bien manejemos nuestro tiempo, jamás va a ser posible hacer todo lo que tenemos para hacer. La diferencia entre las personas efectivas y las que no, radica en que las personas efectivas aprenden a hacer lo más importante antes que nada y saben decir que “no” a actividades que no generan valor o impacto en la organización.
Es importante recordar que “urgente” no quiere decir importante. Por lo general las tareas urgentes nos hacen desviar de lo importante.
Además de saber decir que no, y hacer lo más importante primero, es necesario aprender a hacer una sola cosa a la vez. Dado que hemos elegido realizar solamente las tareas más importantes e ignorar el resto, es necesario nuestra atención esté 100% enfocada en esa tarea y evitar tener que volver a realizarla de nuevo por que quedó mal y generó errores e inconvenientes.
5. Tomar pocas decisiones pero importantes
La toma de decisiones es parte del trabajo del emprendedor. No se trata de tomar muchas decisiones, sino de aprender a identificar las pocas que importan. Para ser efectivos debemos orientar nuestra cabeza hacia las decisiones estratégicas y generales, antes que perdernos intentando resolver problemas y apagar incendios.
Eso es todo, puedes intentar enfocarte en una de ellas de a una a la vez. Quizás enfocarte en una por semana, en cinco semanas habrás logrado ser un emprendedor efectivo.
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